Étant maman, fille et petite fille de personnes qui souffrent de douleurs chroniques je sais bien de quoi je parle…Quand la douleur arrive dans la vie d’une personne, elle envahie tout ce qui l’entoure. C’est comme un tsunami. On ne le sent pas arriver. Mais d’un coup, elle arrive avec une telle force, que “sa vague” emporte tout ce qu’elle trouve sur son passage (l’aspect physique, le psychologique, le familial, le professionnelle, le social).

Este dolor no sólo afecta a la persona que lo padece, sino que también repercute en la vida de sus familiares y miembros de su círculo más cercano. Muy a menudo, los que los rodean se sienten rápidamente impotentes. No saben cómo ayudar a la persona que quieren y sufre y acaban desarrollando una ansiedad significativa que lleva, entre otras cosas, a las siguientes consecuencias:
Una renuncia a ciertas actividades personales, profesionales y sociales. A menudo, el cónyuge, el padre o la madre, tiene que renunciar a sus actividades para cuidar a la persona afectada y estar siempre disponible. Con frecuencia, también, él / ella debe ausentarse del trabajo para acompañarlo a una cita o un tratamiento.
– Un cambio en el estilo de vida, como las relaciones sociales y el ocio, para estar siempre disponible y así ayudar a la persona que sufre. Esto conduce, en muchos casos, a un aislamiento parcial o total.
– Una redefinición de los roles y tareas de los miembros de la familia. A menudo, un/a hermano/a mayor tiene que cuidar a uno más pequeño. En muchos casos, los maridos comienzan a hacer de comer con más frecuencia, a limpiar y organizar la casa, a ayudar a los niños con los deberes, tareas que a menudo realizan principalmente las madres de la casa.
– Atención y apoyo incondicional al ser querido que sufre a expensas del resto de la familia.
-Disminución de su implicación social que conduce, en muchos casos, al aislamiento total.
-Dificultad para establecer límites, lo que implica un riesgo de agotamiento o incluso depresión.

Consecuencias emocionales
Esta nueva situación provoca sufrimiento emocional para los miembros de la familia que resulta en:
-Estupefacción ante el diagnóstico.
-Miedo a las posibles consecuencias de la enfermedad en el futuro del ser querido.
-Sentimiento de culpa (¿por qué él / ella y no yo? Si hubiera estado presente durante su caída, o después de su cirugía, si no hubiera recibido este tratamiento …)
-Desaliento ante la errancia médica en busca de un diagnóstico (cuando todavía no se ha encontrado) y de tratamientos adecuados, y ante los resultados de estos tratamientos.
-Ansiedad ante la toma de decisiones sobre los tratamientos a adoptar y sus posibles efectos secundarios.
-Frustración, ira e irritabilidad.
-Un sentimiento de impotencia.
-Una sensación de pérdida de control.
-Un sentimiento de injusticia (¿ por qué nosotros?)
-Tristeza.
-Aumento del estrés crónico.
El apoyo de la familia y los seres queridos es esencial para la persona afectada por el dolor crónico, pero deben saber cómo protegerse para ayudarlos mejor.
La familia y los seres queridos juegan un papel esencial en el mantenimiento de la salud y el bienestar de la persona que sufre de dolor crónico, e incluso pueden influir en el curso y el resultado del tratamiento. Por lo tanto, es fundamental que aprendan también a cuidarse a sí mismos.
Algunos síntomas que los seres queridos pueden experimentar y que están asociados con signos de agotamiento incluyen:
-Cansancio.
-Cambios en los patrones de sueño: dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido.
-Cambios en los hábitos alimenticios: algunas personas comerán más, otras menos de lo habitual, lo que puede conducir a la pérdida o aumento de peso. Algunas personas comerán menos saludablemente porque no tendrán tiempo o ganas de preparar una comida sana y equilibrada.
-Falta de concentración.
-Un enfoque en el problema excesivo. Sólo se piensa en este dolor, en cómo ayudar al ser querido …
-Cambios de humor: uno se vuelve más impaciente o irritable.
-Emociones al límite: se llora más a menudo.
-Tendencia al aislamiento.
Consejos para los familiares
Cuando tengas estos síntomas, recuerda que existen posibles soluciones que pueden ayudarte no sólo a reducir tu estrés y ansiedad, sino que también te brindan las herramientas para prevenir estos síntomas:
-Es esencial aprender y educarse sobre el dolor crónico para comprender completamente este problema: cuanto mejor comprendas el dolor crónico, mejor podrás ayudar.
– Mantente en contacto con tus seres queridos: su apoyo será valioso en los momentos más difíciles.
– Acoge tus emociones, acéptelas y compártelas con tus amigos más cercanos y familiares, así como con el equipo de atención médica.
– Estáte atento a tus propias necesidades. Siempre doy el ejemplo del avión. Para poder ayudar a otros, hay tener su propia máscara de oxígeno.
– Conoce tus límites y respétalos.
– Solicita la ayuda de un profesional de la salud para comprender mejor lo que te está sucediendo. Él te ayudará a encontrar soluciones y si conoce bien el dolor crónico, ¡ aún mejor!
– Participa en grupos de apoyo con gente que pasa por lo mismo que tú y te entienden perfectamente.
– Reparte las responsabilidades relacionadas con el hogar y la familia según las capacidades de cada uno.
– Asegúrate de que los objetivos de ayuda que te has fijado sean concretos y realistas.
– Identifica los recursos de las personas a tu alrededor: un amigo, un vecino, etc.
– Ten a mano herramientas para controlar tu estrés: ejercicios de relajación, música, técnicas de respiración abdominal, masajes, dibujo, deporte, etc.
– Desarrolla tu capacidad para abrirte a los cambios.
– Examina la situación de la manera más positiva posible. Enfatiza lo que aún puedes hacer en lugar de lo que ya no puedes hacer.
– Siempre mantén la esperanza porque “Dum spiro, spero”, mientras haya vida, hay esperanza.
¿Y cuando somos expatriados?
Cuando eres expatriado, las dificultades asociadas con vivir con una persona dolorosa crónica comentadas anteriormente, se suman a las dificultades asociadas con la vida en expatriación (lee mi publicación, Dolor crónico y expatriación). Al estar lejos de nuestras familias, nuestros amigos de toda la vida, nuestros médicos, nuestro país, el apoyo de nuestra familia nuclear y nuestros seres queridos adquiere una importancia indiscutible. Los amigos que hacemos en nuestro país anfitrión se convierten en nuestro principal apoyo, si no el único. Debemos aprender a dejar que nos ayuden, saber cómo pedir ayuda, saber cómo decirles que nos sentimos impotentes, … Con ellos compartiremos malas y buenas noticias, progresos, recaídas … Nuestra red social nos dará el apoyo que necesitamos.
Si bien no es fácil encontrar una receta perfecta que funcione para todas las situaciones, lo importante es estar siempre receptivo a las sugerencias y no dudar en pedir ayuda.
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