El dolor crónico se define como un dolor que persiste durante al menos tres meses, casi a diario. Es un dolor que destruye todo: la vida personal, profesional, social y emocional. Pero esto no es inevitable.
Si tienes dolor crónico, debes actuar inmediatamente antes de que afecte todos los aspectos de tu vida. Puedes aliviar tu sufrimiento siempre que tomes las riendas de tu salud y te impliques activamente en tu tratamiento. Tu papel activo es clave para lograr tus objetivos. Además, la combinación de varias estrategias (medicamentos, psicoterapia, fisioterapia, hipnosis, etc.) te puede ayudar a aliviar el dolor y ganar en calidad de vida.

1. Afronta activamente tu problema: pide toda la información posible a especialistas sobre tu dolor e infórmate bien de las posibilidades de tratamiento.
2.Informa de tu dolor a los que te rodean para que te entiendan y puedan ayudarte en la medida de sus posibilidades.
3.No te focalises en tu dolor y no centres tus conversaciones y pensamientos en él. Piensa o realiza actividades que te distraigan.
4.Recupera progresivamente tus actividades cotidianas, profesionales, sociales y de ocio, aunque te cueste. Notarás una gran mejoría.
5.Si tu médico lo aconseja, anda, muévete o haz deporte. La actividad física es un gran antídoto contra el dolor.
6.Aprende a detectar tus emociones negativas. Acógelas, acéptalas y aprende a liberarlas por medio de diferentes técnicas como el EFT. El liberar tus emociones negativas repercutirá positivamente en tus sensaciones dolorosas.
7.Aprende técnicas de relajación para contrarrestar la tensión que el dolor te provoca.

8.Transforma tus pensamientos negativos y limitantes en pensamientos positivos que desencadenen emociones positivas.
9.Duerme y descansa suficientemente.
10.Aliméntate de forma sana y equilibrada eliminando o reduciendo los azúcares refinados, los alimentos transformados, las grasas saturadas, las bebidas alcohólicas…y privilegiando las frutas y verduras de temporada, la carne blanca, el pescado azul, las legumbres y los frutos secos.
11.No te focalices en lo que has perdido a causa del dolor. Piensa en todo aquello positivo que tienes, en lo que puedes hacer a pesar del dolor.
12.Si no puedes tú solo, busca ayuda psicológica. Tu terapeuta sabrá cómo ayudarte a gestionar tu dolor, tus emociones, tu estrés…
13.Que el dolor no controle tu vida. Aprende tú a controlarlo. ¡Puedes hacerlo.
14.¡No pierdas nunca la esperanza!.